LITERATURA RELIGOSA



LITERATURA RELIGIOSA DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL

El Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas.
Ascética y mística

La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales (como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León, o bien en poemas cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las principales vivencias religiosas de la época: la Ascética y la Mística.
La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son fray Luis de Granada (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y fray Juan de los Ángeles (1536 -1609).
 La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. La forma de expresión más cultivada es el verso, cuyo más grande representante es San Juan de la Cruz, mientras que Santa Teresa de Jesús es la más importante prosista.

San Juan de la Cruz representante máximo de la poesía religiosa renacentista, y Santa Teresa, como prosista.